Política sobre defensa del medio ambiente

«Es totalmente posible que cuando se termine de escribir la historia del siglo XX, el "medioambientalismo" sea considerado el movimiento social t más importante de esta época». Entendida en el contexto de las cambiantes relaciones del hombre con la Tierra, esta valoración del sociólogo Robert Nisbet (1982) parece bastante precisa. Pero Nisbet no ha descrito el movimiento en su verdadero alcance y complejidad. Centrándose aparentemente en estudio del medio ambiente en los Estados Unidos, no ha ofecido un caso persuasivo para que sea «el movimiento social más importante del siglo xx».

Declara que «el medioambientalismo se ha convertido, sin perder su carácter, en un movimiento socialista de masas, pero no de tontos, sino de adoradores del sol, de macrobióticos, de druidas de los bosques, de monstruos de la naturaleza en general, confiados en el curso, si no en el intento plenamente compartido, de la destrucción del capitalismo2». Esta valoración complementa su argumento de que el «medioambientalismo» es esencialmente utópico, que apunta hacia un mundo original en el que la naturaleza se entiende totalmente inocente y benigna. Este comentario, en su obra Prejuicios: Diccionario filosófico, entretiene pero malinterpreta. ¿Cómo debería definirse entonces este movimiento de defensa del medio ambiente?

El «medioambientalismo» es la posición más fuertemente comprometida e implicada en un movimiento sobre el medio ambiente más amplio.

Este movimiento es a las preocupaciones medioambientales como el economismo es a los valores económicos. En cada caso se atribuye respectivamente una extraordinaria importancia a los valores sobre el medio ambiente y la economía, ante los que todos los demás valores deberían ceder. El «medioambientalismo», en este sentido, no caracteriza el movimiento sobre el medio ambiente y asume el papel de vanguardia (Milbrath, 1984 O'Riordan, 1981; Pepper, 1984; Petulla, 1980).

En el movimiento sobre el medio ambiente más general, se considera de gran importancia la relación entre hombre y entorno, pero no necesariamente por encima o por debajo de otros valores. En el uso convencional, el término "medioambientalista" incluye de forma indiscriminada este mayor grupo. En el movimiento medioambiental general el paradigma sobre el medio ambiente se considera el contexto en el que existen otros valores pero se reconoce la validez y bajo ciertas circunstancias la primacía de otros valores.

Dicho movimiento se centra en la vida, se distingue por un sentido de imperativo moral con respecto al comportamiento humano en relación con otras formas de vida en el interior de la biosfera (Anglemyer y Seagraves 1984; Schrader-Frechette, 1981; Taylor, 1986). Pero esta actitud no es necesariamente utópica y rara vez es sentimental: los defensores del medio ambiente, en general, consideran su perspectiva como reflejo del «mundo real» y la de sus oponentes como «fantasía antropocéntrica».

Las premisas del movimiento medioambiental están sacadas de la ciencia. Sus tendencias no son ni capitalistas ni socialistas aunque se favorece la intervención política o social cuando es necesario proteger la integridad de la biosfera. Los gobiernos han sido a menudo los mayores expoliadores del entorno. Los valores del movimiento medio ambiental están orientados hacia las especies y son transgeneracionales, acentúan la responsabilidad personal y social pero no están de acuerdo con el «fuerte individualismo». Esta extensa orientación y su implicación en la planificación pública ha provocado algunas críticas al considerar los objetivos de los defensores del medio ambiente como «socialistas». Las estrategias no gubernamentales son defendidas y usadas, por ejemplo, en los esfuerzos voluntarios de conservación de la naturaleza y los gobiernos, incluidos los supuestamente «socialistas» han estado entre los mayores expoliadores del medio ambiente.

Para resumir, «el movimiento medioambiental» identifica un esfuerzo complejo, con amplia base, de carácter internacional; sus partidarios van en contra de los sectores sociales y económicos de población, pero se concentran entre los jóvenes y los que han recibido mejor educación. No es un movimiento elitista en un sentido excluyente ni es un movimiento de masa comparable a los que persiguen reformas económicas o políticas (Morrison y Dunlap, 1986). Comprende una variedad de organizaciones con orientaciones comunes pero con diferentes énfasis y estrategias. Una tesis común al movimiento es que el aumento indefinido e interminable de las suposiciones que dominan ahora las políticas gubernamentales y políticas son imposibles de realizar a la larga y destructivas a corto plazo. Todos los objetivos del movimiento sobre el medio ambiente no se han definido claramente, pero entre ellos la consecución de una economía sostenible de alta calidad medioambiental es un objetivo ampliamente compartido.

Una paradoja política.

Dimensiones del Medio Ambiente.

Los críticos del Medio Ambiente.

Resolución del conflicto sobro medio ambiente.

El futuro político.


Volver a la CARTA DE PRESENTACION